San Ignacio
A 142 kilómetros al sur de Guerrero Negro, en una
fértil cañada se asienta la hermosa población de San Ignacio. El camino de
acceso, unos dos kilómetros desde la carretera transpeninsular, permite
adentrarse en un paisaje de ensueño, que contrasta magnífico con la aridez de
las sierras y desierto de los alrededores
El río subterráneo que aflora en un borbollón, al
represarse se convierte en una quieta laguna bordeada de tulares y carrizales.
Sombreado por inmensos palmares datileros, el camino continúa hasta desembocar
en la pequeña plaza adornada por frondosos árboles de la india. Frente a ésta
se alza majestuosa la iglesia de la misión de San Ignacio de Loyola. Ahí
también convergen sus angostas callecitas con sus antiguas casonas.
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